Testimonios

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Mi nombre es Ángel Bryan Rodríguez, comencé a fumar mariguana a los 11 años. Mis padres siempre estaban trabajando para darnos de comer a mí y a mis hermanas, por lo tanto nos daban muy poco cuidado y afecto. Comencé a fumar mariguana con los amigos que vivían en la misma calle en el Sur Centro de Los Angeles. La verdad es que comencé a fumar porque quería ser aceptado por mis amigos. Éramos “patineros” y cada vez que íbamos a patinar fumábamos mariguana. En el séptimo grado me comencé a juntar con unos compañeros de escuela que escribían en las paredes, “taggers”. Me fascinaba como se miraban las letras y yo quería aprender a escribir así. Estos amigos también fumaban mariguana. Me acuerdo que cuando tenía como 12 o 13 años, mi papa me cacho usando mariguana y yo le prometí que no lo volvería hacer. Eso fue una gran mentira porque lo seguí haciendo ocasionalmente.

Al comenzar High School me integre a un grupo de grafiti. Con este grupo fumábamos mariguana, escribíamos en las paredes, y nos peleábamos con rivales. Al comienzo del grado 11 participe en una pelea y me sacaron de Fremont High School. Mi mama por miedo que yo me iba involucrar más con estos grupos o pandillas me mando a la escuela Marshall High School. En esta escuela no mejore. Al contrario empeore. Me comencé a juntar con los mismos tipos de amigos. Con estos amigos comencé aprender cómo vender mariguana. Como siempre tenía mariguana para vender siempre tenía para fumar. Comencé a fumar diario excepto el fin de semana. Mi mama lloraba, quería que yo no lo hiciera. Cuando curse el último año de High School conocí a una muchacha y tuvimos un bebe, pero yo todavía consumía droga, me gradué de High School pero las cosas no cambiaron. Por dos años seguí fumando casi a diario. Mis padres me mandaron a un programa externo de rehabilitación de drogas y alcohol (outpatient) pero nomas me ayudo a estar limpio un par de meses. La mariguana me tenía adicto.

Por fin mis padres me dijeron que yo tenía que ir a un ENCUENTRO de hombres de Prevención y Rescate o si no me iban a sacar de la casa. Me dijeron que si esto no me cambiaba ya se iban a dar por vencidos. El día que me toco ir al ENCUENTRO me senté alado de un muchacho que iba por lo mismo. El me ofreció mariguana cuando llegamos a las montañas y fumamos. Pero cuando comenzaron las charlas y escuche el mensaje de William Portillo, algo dentro de mí me dijo que tenía que cambiar mi vida. El ENCUENTRO fue una gran experiencia. Llore como un bebe por cuatro días. Ese fin de semana tome la firme decisión de cambiar mi vida. Durante la clausura del Encuentro bailamos y alabamos al Señor por lo que había hecho ese fin de semana con y por nosotros. Al verme así, mi familia no lo podía creer, Cristo había hecho un milagro.

Después del ENCUENTRO comencé a involucrarme con Prevención y Rescate, asistí a las asambleas familiares, cursos de comunicación, y 12 pasos. Me acuerdo que el primer mes que deje la mariguana fue el más difícil. Tenía que fumar cigarros para quitarme la ansiedad de querer fumar. Fui voluntario de Prevención y Rescate por un año, fui un mentor del Programa ENLACE y junto con otros jóvenes comencé el grupo de PYR en Ingles. Con la ayuda de Prevención y Rescate obtuve una beca para pagar y comenzar mis estudios en un colegio comunitario. En junio 16, 2012 me gradué de Cal State Los Angeles con una Licenciatura en Sociología y Certificación en Recursos Humanos y en septiembre del 2013 regrese para comenzar mi maestría en Servicios Sociales. Gracias a Dios tengo 6 años y 6 meses sin echarme un toque de mariguana. Es cierto que Cristo hace Milagros.